Alternativas de energía renovable para la cuenca del Alto Paraguay (BAP)
maio, 18 2020
Estudio muestra otras fuentes renovables que pueden compensar la generación con plantas hidroeléctricas en el Centro Oeste
Estudio muestra otras fuentes renovables que pueden compensar la generación con plantas hidroeléctricas en el Centro OesteActualmente, hay alrededor de 125 pequeñas centrales hidroeléctricas (PCHs) en estudio en la región del Pantanal y la cuenca del Alto Araguaia – un ecosistema extremadamente sensible a los cambios hídricos. Si cada nuevo emprendimiento utiliza el límite máximo del área del embalse permitido por la ley (13 km²), el área inundada y transformada en un embalse sería de 1.625 km² o alrededor de 228 mil campos de fútbol como el Maracanã. Para tener una idea del impacto en un ecosistema extremadamente sensible al régimen hídrico, si los embalses formaran un solo lago y tuvieran la forma de un cuadrado, tomaría aproximadamente 17 días (408 horas) caminar los 1.625 km que constituirían solamente uno de los lados de este cuadrado. Si el mismo trayecto se hiciera en bicicleta, tomaría 3,4 días (82 horas).
Sin embargo, nada de esto es necesario para generar energía en la región, según un nuevo estudio realizado por la organización no gubernamental WWF-Brasil. El informe "Alternativas de energía renovable para la cuenca del Alto Paraguay (BAP)" muestra que la misma cantidad de energía proyectada para estos 125 PCHs – 1.172 MW - puede producirse a partir de fuentes renovables que aprovechan los recursos disponibles en la región, como la biomasa de caña de azúcar, desechos animales, residuos urbanos sólidos, particularmente de las dos principales ciudades de la región (Cuiabá y Campo Grande), además de energía proveniente de efluentes líquidos (aguas residuales) y energía solar.
"Es posible generar energía en el Centro Oeste de manera distribuida, satisfaciendo la demanda de crecimiento poblacional y económico local, con mucho margen, utilizando fuentes de energía renovables y reconciliándolas con la vocación productiva de la región", señala Alessandra Mathyas, analista de conservación del WWF-Brasil. "Este modelo de desarrollo energético descentralizado y la adopción de múltiples fuentes de energía pondrían al Centro Oeste a la vanguardia de la generación distribuida en Brasil", agrega.
Además de evitar los impactos ambientales que pueden comprometer el equilibrio de la región y afectar actividades económicas importantes, como el turismo y la pesca, las energías renovables son excelentes generadoras de empleos permanentes (en contraste con las centrales hidroeléctricas, que generan muchos empleos solo durante el período de construcción). Otra ventaja de apostar por la generación renovable, con varias fuentes, es la implementación más rápida, que reduce el retorno de la inversión.
"No se trata de prohibir las PCHs, sino de no apostar todas las fichas en una sola forma de generación de energía", explica Alessandra. "La combinación de varias fuentes reduce la vulnerabilidad a las fluctuaciones crecientes en el régimen de lluvias, reduce los impactos ambientales, fortalece la actividad agrícola, que puede convertir los residuos de caña de azúcar y ganado en más fuentes de ingresos y genera empleos permanentes", detalla.
Según el estudio, el modelo ideal basado principalmente en la cogeneración en las plantas de caña de azúcar, solar fotovoltaica y biodigestión de residuos animales representaría respectivamente el 55%, 21% y 20% de la energía potencialmente generada en el año 2030. Al final del período considerado en los escenarios, los proyectos sumarían aproximadamente 3.590 MW de potencia instalada, lo que significa aproximadamente tres veces la potencia nominal de las 125 nuevas PCHs que se planea construir en la Región Hidrográfica del Paraguay.
El costo total promedio de capital para la implementación de estos proyectos de generación alternativa se estima en R$ 20,3 mil millones ($ 3,3 mil millones), es decir, aproximadamente R$ 5,5 millones ($ 927mil) por MW instalado. Los datos de la Asociación Brasileña de PCHs y CGHs indican la viabilidad económica de los proyectos de PCHs con un costo de inversión de entre R$ 5 millones y R$ 6 millones por MW instalado. Por lo tanto, los costos de optar por otras fuentes sin represas son muy similares a los estimados por el sector hidroeléctrico.
La combinación de la cogeneración de los residuos de la caña de azúcar y la biodigestión de los residuos animales compensan la intermitencia horaria en la generación fotovoltaica, aumentan la robustez del sistema eléctrico, además de fortalecer económicamente al empresario agrícola y favorecen un destino correcto de los residuos, atendiendo el marco regulatorio actual. Estas fuentes de energía alternativas pueden reemplazar futuros proyectos de PCHs, manteniendo los flujos de los ríos y reduciendo la presión para nuevas represas.
Un estudio del WWF titulado “Free Flowing Rivers” buscó calificar los ríos considerando los impactos de la conectividad fluvial, incluyendo cuestiones relacionadas con la fragmentación y la regulación del flujo de represas, carreteras y áreas urbanas, así como los impactos de la extracción de agua a gran escala y el potencial de vías fluviales. Según él, la instalación de pequeñas centrales hidroeléctricas amenaza el régimen de inundaciones en el Pantanal, que depende de los pulsos naturales de la sequía y las inundaciones de los ríos. Esta interrupción de los caudales naturales de los ríos amenaza a todo el ecosistema debajo de las represas.
La cuenca alta del Paraguay (BAP) ocupa aproximadamente 1.100.000 km² de extensión, cubriendo los biomas del Pantanal y parte del Cerrado. La Región Hidrográfica del Paraguay ocupa el 4,3% del territorio brasileño (363,446 km²), que comprende parte de los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, que incluye la mayor parte del Pantanal (61% del total), que es el área húmeda continua más grande del planeta. Los principales cursos de agua son: río Paraguay, Taquari, São Lourenço, Cuiabá, Itiquira, Miranda, Aquidauana, Negro, Apa y Jauru.
Generación de empleos
El estudio también consideró la generación promedio de empleos globales por fuente para estimar el impacto en el mercado de trabajo local de la implementación de los proyectos de generación por otras fuentes renovables. La conclusión es que los tres principales generadores de empleo son la bioelectricidad de la caña de azúcar, fotovoltaica y la biodigestión de desechos animales. En 2030, el número total de personas empleadas en estos proyectos de generación sería de alrededor de 29 mil profesionales, con el potencial de aumentar la porción salarial de los estados en aproximadamente R$ 486 millones por año.
A nivel mundial, el sector de las energías renovables en su conjunto emplea a más de 11 millones de personas (datos de 2018). Dentro de esto, en términos absolutos, las cadenas de producción con mayor impacto en la creación de empleo son la energía fotovoltaica (3,6 millones), los biocombustibles (2,1 millones) y la hidroelectricidad (2,5 millones). Sin embargo, al analizar el número de empleos generados por la capacidad instalada, la producción de biogás, biocombustibles y energía solar asumen posiciones importantes, generando 20 empleos/MW, 9,9 empleos/MW y 9,0 empleos/MW respectivamente.
Escenario de plantas hidroeléctricas en el Pantanal.
Las Pequeñas Centrales Hidroeléctricas (PCH) son plantas de tamaño y potencia reducidos, con una capacidad instalada obligatoria entre 5 y 30 megavatios (MW) de potencia y, originalmente, con un área de depósito de un máximo de 3 km² de área, de acuerdo con la Resolución Normativa nº 652/2003 de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel). En el artículo 4º, se admite que el criterio del área inundada puede modificarse demostrando que el dimensionamiento del yacimiento está relacionado con otros objetivos, además de la generación de energía.
Sin embargo, el 22 de noviembre de 2016, ANEEL publicó la Resolución Normativa Nº 745, que actualiza los estándares para los proyectos de Generación de Energía, incluidas las PCHs, cambiando el área del embalse a hasta 13 km² y una potencia de entre 5 y 30 megavatios (MW )
A pesar de ser clasificado como un proyecto con poco impacto ambiental, las licencias ambientales (licencia previa, licencia de instalación y licencia de operación) y los derechos de recursos hídricos son necesarios para tener la dimensión real de estos impactos en los ecosistemas, la biota, las condiciones estéticas y salud ambiental, entre otros aspectos sociales, económicos y culturales.
En particular, para la región del Pantanal, existe una preocupación por los impactos ambientales de las represas y lagos de las PCHs en los cambios hidrológicos (aguas abajo y aguas arriba) de la represa, interferencia en la migración de peces, cambios en la fauna del río, interferencia en el transporte de sedimento, pérdida de biodiversidad, terrestre y acuática, etc.
Actualmente, el potencial hidroeléctrico de la Región Hidrográfica Paraguaya (RH-Paraguay) se explora a través de 7 centrales hidroeléctricas (UHE), 30 pequeñas centrales hidroeléctricas (PCH) y 16 centrales generadoras hidroeléctricas (CGH), totalizando una capacidad instalada de 1, 2 GW.
Sin embargo, el desarrollo de nuevos proyectos hidroeléctricos plantea una serie de preocupaciones con respecto a los posibles impactos socioeconómicos, la alteración del régimen hidrológico y el compromiso de la calidad del agua. Es por eso, que este estudio sobre otras alternativas renovables, se vuelve tan importante.